Dicen que la familia es como una cebolla, con capas y más capas. O círculos que se van agrandando según nos vamos alejando del origen. Así, la primera familia sería, en general, los padres y los hijos. El segundo círculo, más grande, serían abuelos y tíos y así hasta llegar a la familia lejana.
En nuestra casa, el primer círculo está compuesto por cinco miembros, eso ya lo sabéis todos. El segundo círculo es más grande… de unas 10-13 personas. El tercer círculo es inmenso, gracias en su mayoría a la gran familia del Tripadre (que tiene tíos y primos e hijos de primos para aburrir).
Con todo esto, supondréis que nuestro calendario está plagado de compromisos familiares. Al principio era divertido, salíamos de casa y pasábamos el día. Con la llegada de los Trastos la cosa cambió. A mí me gusta salir de casa, desconectar y divertirme sin mirar el reloj como a la que más. Pero cuando hay un bebé por medio que tiene unas rutinas que seguir porque si no luego es peor, la cosa cambia.
Después de tres niños, he tenido que oír de todo. La frase que nunca falta es: “por un día no pasa nada”. Bueno, no pasará para ti. Mis Trastos por el día no hay quien los pare, pero por la noche duermen estupendamente, salvo dientes, fiebres y demás. Y, sobre todo siendo pequeños, si han pasado un día tranquilo. Si el día ha transcurrido con una mala siesta, con gente a la que ven de higos a brevas y acostándose más tarde lo habitual, entonces suelen despertarse de noche varias veces. Esto a los Trastos mayores ya no les pasa, pero el Peque aún está en esa edad… Todo le afecta, todo le rompe la rutina, todo lo acusa… y luego lo paga conmigo y de noche. De noche no está el resto de la familia. De noche no está quien dijo que por un día no pasaba nada. De noche sólo estoy yo (o el Tripadre, pero sobre todo yo).
Luego está el tema del horario del compromiso familiar. No me gusta ir a comer porque el Peque no duerme bien la siesta, pero aún me gusta menos ir a cenar. Hay que buscarse las vueltas para acostarle y que se duerma. Luego cogerle para meterle en el coche, con lo que suele despertarse. Y después sacarle del coche para meterle en su cuna. Otra vez que se despierta. Y ahora a ver si conseguimos que vuelva a dormirse.
Siendo tan pequeño, es lo que hay. Y esto hay quien lo entienden y quien no. Quienes tienen ya niños grandes (como mis Mayores o más), parece que no se acuerdan o les da igual. O quizás ellos en mi situación lo hicieron de otra manera. Pero esa forma, la suya, no es la mía. Y quienes no tienen niños directamente no lo entienden, lo de las rutinas les suena a chino mandarín.
Es cierto que esto no es una rutina inamovible, pero me gusta que seamos el Tripadre y yo quienes decidamos cuándo y cómo saltárnosla. Y los demás no deberían meterse. Recuerdo cuando el Mayor era un bebé que teníamos que salir todos los fines de semana: el sábado a casa de una abuela y el domingo a casa de la otra. Porque, si no, había mosqueo y sofocones.
CONTRAS:
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Habrá bebés que salir o no salir, dormirse tarde o pronto les dé igual. Pero no fue así en el caso del Mayor y el Mediano y, desde luego, no lo es tampoco en el caso del Peque.
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Esto implica que el Tripadre y yo tenemos que hacer sacrificios. Llevamos 6 años de sacrificios. Sé de lo que hablo. En verano apenas disfrutamos de las terracitas y tampoco le sacamos provecho al parque porque, cuando se empieza a estar bien y ya no hace tanto calor, hay que volverse para que cene y se acueste el Peque.
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La gente nos mira mal, sueltan comentarios que duelen. Con lo fácil que sería ponerse en nuestro lugar, respetar nuestras decisiones o, incluso, callarse la boca.
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Con el Peque, hay veces que me he quedado con él en casa mientras el Triapadre se ha ido con los Mayores al evento familiar. Aún así, hay compromisos ineludibles a los que hemos tenido que ir, nos haya venido bien o no.
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Muchas veces, hemos ido a estos compromisos y nos hemos vuelto antes de tiempo. Pues mal. Otras veces, directamente no hemos ido. Pues peor.
PROS:
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Me consuela pensar que el año que viene será distinto y que quizás disfrutemos más del día y de la noche.
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Con el Mayor hicimos muchas, muchísimas excepciones. Con el Mediano también pero menos. Con el Peque nos hemos plantado. Aunque sigue habiendo quien quiere que lo hagamos a su manera.
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Tanto sacrificio me merece la pena cuando me despierto por la mañana y veo que el Peque ha pasado una buena noche, sin sobresaltos, durmiendo plácidamente.
Sé que hay cosas que no puedo cambiar. Sé que muchas veces quienes pierden son mis hijos y, qué queréis que os diga, yo así no disfruto del rato en familia. Sé que al Peque le queda ya poco tiempo de rutinas y, a pesar de todo, he de reconocer que me da un poco de pena saber que será la última vez que haya un bebé en casa. Digo yo que ya podrían dejarnos disfrutarlo a gusto y no poner tantas pegas y cogerse tantos enfados estúpidos. Es tan fácil como dejarnos hacer las cosas a nuestra manera, sin entrometerse (vamos, lo mismo que hacemos nosotros con los demás, no meternos en sus vidas). ¿O acaso es mucho pedir?
Pues no, no es mucho pedir.
A mi me pasa que, aunque sus rutinas son más sui-generis que las de tus trastos (ya sabes que el mío es trasnochador), cuando no puede dormir la siesta como suele, por la noche está más empachoso de lo habitual. Y es lo que dices tú, por la noche no está ninguno de los que por la tarde te decían «pero si no está cansado»
Al final se trata de respetar las rutinas del niño, sea cual sean. La última vez que nos saltamos la rutina por el cumpleaños de una de las abuelas, estuve media noche despierta, cuando no era el Peque era el Mediano. A punto estuve de coger el teléfono y llamar a los del «verás como no pasa nada», para que vieran que yo no exageraba. Que parecen que ellos conocen a mis hijos mejor que yo, no veas qué eminencias en el tema…
Besotes.
Uf, vaya telita tiene este tema. Las frases que más oigo al respecto son: «yo a los míos los llevaba a todas partes y no pasaba nada», y «no sé cómo hacíamos antes las demás». Yo tampoco sé cómo hacían antes, pero sinceramente, poco me importa. Me preocupo del ahora y de mis niños, y bastante tengo!
Un beso:-)
Totalmente de acuerdo contigo. Yo también las he tenido que escuchar. Y, como tú, poco o nada me importa el vecino o cómo se hiciera antes. Yo sé cómo tengo que hacerlo con mis hijos y los demás no deberían meterse.
¡Besotes!
MADRE MÍA!!! vaya temita,
Creo que soy la veterana de este sitio, Arusca yo arregle eso que tu vives ahora, les costo entenderlo y les di su tiempo, yo te cuento mi metodología solo si quieres, aplicable a todas las familia absorbentes…a mi me funciono!!!
Cuando yo puse fin a todo eso tuve unas semanas de sentimiento de culpabilidad, pero el tiempo pone todo en su sitio y mi pareja mis hijos y yo comenzamos a tener una vida familiar como habíamos planificado.
Mis hijos solo tienen un día al año que es de mama y ese día yo se que entraran por la puerta, 24 de diciembre. Cuando me case mi padre camino de la iglesia me dio un consejo muy sabio… hija toma ahora tu las riendas de tu vida.
(va una cita)
La vida nos da los primeros 40 años el guion
a partir de los 40 la critica.
Arusca no pospongas
Un abrazo
Me encanta tu comentario, Faly.
Nosotros intentamos hacer las cosas a nuestra manera, pero parece que hay quien se mosquea por ello. Como he dicho, con el Mayor hicimos demasiadas excepciones que no queremos volver a repetir. Esto de que el Peque sea el último bebé a veces es duro y, como los otros dos ya no tienen rutinas tan estrictas, parece que él tampoco y no es así. Hay que respetárselas que luego pasan factura…
Me apunto el consejo de tu padre y la cita. Me han encantado las dos 🙂
¡Besotes!
Cómo te entiendo… aunque nosotros ahora no tenemos eso, sé la dualidad que supone un haver o no hacer…
Pero debes hacer lo mejor para tu primer círculo; los restantes sabrán esperar, y si no, que aprendan a hacerlo!
Feliz fin de semana!♥
Aquí todos son muy comprensivos hasta que les toca a ellos. Todos entienden que el Peque tenga rutinas que haya que mantener, pero eso sí, el día del cumple propio se pueden saltar, que por un día…
Y si el Tripadre y yo decidimos hacer un día una excepción, por la razón que sea, ya hay mosqueos, frases lapidarias o malas miradas…
Gracias por entenderlo… La verdad es que ha sido una entrada un poco de desahogo, veo que no soy la única que piensa así 🙂
¡Besotes!
Hola!!!! Soy me escabullo de los compromisos…. Cuando puedo!! Jiji.
Yo soy más de primera Y segunda capita/cebolla.
Buen verano!
Pues ya me dirás cómo lo consigues, a ver si aprendo algo 😉
Encantada de verte por aquí y bienvenida a mi casa virtual 🙂
¡Besotes!
Hola muy interesante y muy curiosos el blog,
ante el tema de los compromisos dejo un enlace a un post sobre ese mismo tema
un saludo
http://selfconfidentorientacion.wordpress.com/2013/12/26/las-cadenas-del-compromiso/
Muy interesante el enlace. Gracias por compartirlo y por tu comentario.
¡Saludos!