… del cojín de lactancia

Cojin de lactancia

Cuando nació el Mayor, le di el pecho. Para ello, solía ponerme en la cama o el sofá rodeada de cojines. Uno me lo ponía en la espalda, para mantenerla recta, y otros dos iban debajo del brazo que sujetara la cabeza de mi bebé (teta derecha-brazo derecho, teta izquierda-brazo izquierdo, era obvio, ¿verdad?). En casa ya sabía qué cojines debía utilizar, no tenían que ser ni muy blandos, pues entonces no sujetaban nada, ni muy duros, pues no se alineaban bien a mi brazo, la cabeza de mi bebé y el pecho. Y así pasamos los meses que duró su lactancia.

Unos 7 meses después de que naciera el Mayor, mi cuñada dio a luz a mi sobrino. No sabíamos muy bien qué regalarle y le preguntamos a ella. “Un cojín de lactancia”, nos respondió. ¿Un qué, perdona? Empecé a mirar por Internet para ver qué era aquello y resultó ser uno de los mejores inventos que existen en el mundo de la lactancia, al menos para mí.

Tipos de cojines de lactancia

Básicamente, hay dos tipos, los de forma de herradura y los tipo almohada. Ambos son cojines largos que la madre se pone delante de la tripa y que sirve para sujetar tanto al bebé lactante como el brazo de la madre. Los de herradura tienen esa forma siempre, pero los de tipo almohada te los puedes acoplar como mejor te vaya. Son como la almohada de la cama pero no tan rígidos. Luego los hay que tienen funda, sin funda, con protector para que los posibles escapes de líquidos (regurgitaciones, escapes) no lleguen al interior del cojín, etc. Todo un mundo.

Usos del cojín de lactancia

Tras mis investigaciones y consultar a mi cuñada, le regalamos uno con forma de almohada y pude comprobar en vivo y en directo la gran utilidad de este cachivache. Además, a ella le tuvieron que hacer una cesárea y, con el cojín, evitaba que el peso del bebé recayera sobre la herida. Cada vez que la veía dar el pecho, sin lío de cojines ni nada, me decía a mí misma que me hubiera venido muy bien para el primero.

Para el segundo, hubo muchas cosas del Mayor que nos sirvieron y poco hubo que comprar (salvo ropa, que uno nació en primavera y otro en otoño). Así que, más por decir algo que por otra razón (pues yo ni en sueños veía a un tercer Trasto por la casa), pedí un cojín de lactancia tipo almohada. Me lo regalaron antes del parto y lo guardé, pues pensé que hasta que no empezara con la lactancia no iba a necesitarlo.

Cualquiera que haya repetido la experiencia del bombo, sabe que con el segundo la tripa sale antes. Con el primero te empiezas a poner ropa de embarazada a los 5 meses, con el segundo empiezas a los 3 (y con el tercero al mes y medio O_O). Me pasé todo el verano embarazada (no os lo recomiendo, chicas) y, sobre todo en la cama, el tripón me pesaba horrores.

Con el primero, me ponía de lado y colocaba un cojincito debajo de la tripa que me ayudaba a soportar su peso en la cama. Pero con el segundo, tras una iluminación de madrugada, decidí sacar el cojín de lactancia y probar. ¡Por favor! ¡Qué inventazo! Al poder colocarlo como yo quisiera, podía acoplarlo a la tripa y, además, poner una pierna por encima, con lo cual, el peso lo aguantaba el cojín. Con el calor del verano no puede hacer nada, pero por lo menos el peso de las noches fue más llevadero.

Cuando nació el segundo Trasto, lo usé para dar el pecho y también el biberón y me fue genial. Me sujetaba al bebé, me sujetaba el brazo, podía poner recta la espalda… Es más, poniéndolo en forma de U, podía colocar a mi pequeño bebé sin riesgo de que se cayera del sofá o de la cama.

Ni que decir tiene que, cuando nació el tercer Trasto, fue una de las cosas que más utilicé: en el embarazo, en la lactancia e, incluso, después.

CONTRAS:

  1. Mi cojín tenía una funda lavable, pero no un protector, así que tenía que estar muy pendiente de regurgitaciones y escapes para evitar que traspasaran al interior.

  2. Con el Mediano, no lo noté mucho porque su breve lactancia me pilló en pleno invierno, pero da calor. He de reconocer que, este verano, que fue cuando más ha lactado el Peque, sentía gran alivio cuando lo apartaba… me refiero al cojín, ¡no al bebé! Jejeje…

  3. Es demasiado grande para sacarlo de casa, ya bastante hay que llevarse entre el carro (quienes lo utilicéis, claro está), la bolsa con la ropa y los pañales y demás… pero reconozco que yo lo pensé más de una vez…

PROS:

  1. Mi cojín tiene funda lavable, así que lo echaba a la lavadora como una prenda de ropa más.

  2. Ya lo he dicho, pero es que es un pro muy grande: sujeta, al mismo tiempo, brazo de mamá y cabecita del bebé. Al mismo tiempo, permite poner la espalda correctamente para lograr una lactancia exitosa.

  3. Se puede colocar al bebé encima como si de una tumbona se tratara. Esto se puede hacer siempre y cuando el bebé sea pequeño, si ya empieza a adquirir cierta movilidad, es mejor no hacerlo porque se puede dar la vuelta y caerse.

  4. También se puede a un lado de la cama si cohechan mamá y bebé, para asegurarse de que el bebé no rodará por la cama. De la misma manera, se puede poner a los pies de la cuna, si ésta es muy grande, para que el bebé tenga una referencia del espacio al tocarlo con los pies.

  5. Se puede usar siempre, independiente de si el parto ha sido cesárea o natural. Pero sí es cierto que en éstas evita la presión que hace el peso del bebé sobre la herida.

  6. Sirve para echarse una siestecita sentado porque, puesto detrás del cuello, sujeta la cabeza. Quien no me crea, puede preguntarle al Tripadre ;-).

Si tenéis oportunidad, os diría a las embarazadas que os hicierais con un cojín de lactancia cuanto antes mejor, os va a facilitar mucho el embarazo y la lactancia. Y, entre los posibles modelos, yo prefiero, sin lugar a dudas, el de tipo almohada. ¿Alguna lo ha usado? ¡Contadme vuestra experiencia! 🙂

19 comentarios en «… del cojín de lactancia»

  1. El mío no era de este tipo, sino uno de esos rígidos con forma de herradura, con una cinta que se cuelga del cuello y otra que se ata a la espalda (creo, ya no lo recuerdo bien). Y era malísimo!! Desaconsejable 100%!! Parecía una vendedora de tabaco de esas de las pelis antiguas. Seguro que este modelo que has puesto tú me hubiera venido de perlas!
    Un beso

    1. Los conozco, los he visto alguna vez en las tiendas de bebés y, la verdad, no me han gustado en absoluto… La imagen de la vendedora de tabaco también se me ha venido a la cabeza cuando los he visto jajajaja…
      Lo bueno de los que son como el mío es que los puedes poner como te venga mejor en cada momento, por eso yo insistí mucho en que tenía que ser así…
      ¡Un besote!

  2. A mi me regalaron el que es una U, una vez ya había nacido el nene, y la verdad es que a mí me hizo bastante papel. Por dentro tenía una especie de bolitas, lo que permitía moldearlo, darle más volumen allí donde lo necesitabas. Aunque reconozco que el tipo almohada que te regalaron a tí me hubiese venido de perlas durante las noches de verano del tercer trimestre.

    1. El mío también tiene esas bolitas, está muy bien. Como dices, así puedes moldearlo.
      Lo de dormir con el cojín por las noches es fantástico… yo noté un alivio enorme de la presión de la tripa y así podía dormir mejor 🙂
      ¡Besotes!

    1. Es que más que «cojín de lactancia» deberían llamarlo «de embaranzo y lactancia» porque a mí también me ayudó mucho a dormir por la noche :-).
      ¡Besotes!

  3. Sin duda yo me quedo también con el de Summer Infant para dormir. Yo probé uno de bolitas y aquello parecía un parque de atracciones cada vez que te movías. De precio por ahí van los de bolitas y el de Summer pero sin duda a mi el de Summer me fue muy bien para dormir.

    1. La verdad es que no sé de qué marca es el mío, pero es el de la foto. Yo lo prefiero mil veces a los de herradura porque se amolda a la forma que necesites en cada momento.
      Gracias por tu comentario 😉

    1. ¿Por qué la peor? ¿Qué te pasó? La verdad es que a mí me vino genial, como digo, ojalá lo hubiera tenido en el primer embarazo. Y aún hoy, con el Peque de dos años, le sigo encontrando un uso que no podría darle si no fuera relleno de bolitas…

  4. A mi me parece un accesorio completamente recomendable. Nunca habia oido hablar del cojin de lactancia, pero cuando tuvimos a nuestro pequeño, se lo regalaron a mi mujer. Su espalda lo agradecio mucho durante los meses que de lactancia, ya que no tuvo tantos dolores desde que lo comenzo a usar. Completamente recomendable, sea grande u ocupe mucho, lo importante es la comodidad de la madre y del pequeño

    1. Totalmente de acuerdo, lo importante es la comodidad de la madre y el bebé. Yo es un artículo que recomiendo, creo que no se sabe cuánto se usa y lo cómodo que es hasta que se prueba. Y luego no sabes cómo has podido estar sin él 😉

        1. Sí, aún hoy me sigo encontrando a alguna madre que no conoce estos maravillosos cojines o que piensa que los típicos del sofá le servirán igual. ¡Y no hay comparación! Desde luego para mí, fueron un gran descubrimiento y lamento no haberlos conocido con el Mayor. Aunque el Mediano y el Peque se beneficiaron enormemente 🙂
          ¡Muchísimas gracias por tu comentario!

    1. Muchísimas gracias por tus palabras. Me encanta compartir en el blog las cosas que voy descubriendo y que he comprobodo lo útiles que son. Los cojines de lactancia para mí eran algo desconocido y, desde que di con ellos, los recomiendo a todas las madres lactantes o futuras mamás porque, tanto en el embarazo como para dar el pecho o el biberón, a mí me facilitaron mucho el día a día 🙂

¿Tienes algún contra o pro más? ¡Cuéntamelo! :)

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