Antes de que naciera el Mayor, por razones que hoy no vienen al caso, estuve un tiempo en casa sin trabajo. Esto de estar de brazos cruzados mientras esperaba el ansiado embarazo me aburría. Además, la economía familiar no estaba para bromas. Era consciente de que, si estaba buscando quedarme embarazada, no era el mejor momento para que me contrataran en ningún sitio. ¿Qué hice? Decidí trabajar desde casa. Al principio, me salieron cosillas, pero no eran suficiente, aunque a mí me encantaba lo que hacía. Básicamente, trabajaba con textos, corrigiéndolos y redactándolos. Cuando nació mi bebé, visto que eran más bien trabajos esporádicos y nada constantes, decidí aparcarlo para dedicarme a la nueva personita que había llegado a mi vida.
Con la llegada de la Navidad, se me ocurrió hacerme mi propio calendario de pared con fotos de mi hijo (recordad que tenía a montones) y los cumpleaños de la familia. Sé que ahora hay miles de programas que los hacen como churros, pero hace 5 años no había tantos y se podría incluir lo que yo quería. Total, que como sé maquetar, a ello que me puse. No es por tirarme flores, pero me quedó bien. Así que animada por familiares y por mí misma, hice una agenda del mismo estilo. Me quedó preciosa (y sí, tengo abuela 😛 ).
Así que me tiré a la piscina. Decidí hacerme autónoma y montar un servicio de maquetación tanto para empresas como para particulares. Productos que ofrecía: calendarios (de mesa, pared y bolsillo), agendas (personales y escolares), cuadernos, marcapáginas, etc. Me llegó algún encargo que otro. Pero no fue suficiente y al año tuve que darme de baja. Aquí os dejo mi opinión sobre esta experiencia, resumida de la manera de siempre.
CONTRAS:
-
Hacerse autónomo. Es un lío. Se pierde una mañana entre trámites, papeleos y formularios. Sobre todo por las colas que siempre hay.
-
Hay que estar muy atenta al realizar las facturas, incluir el IVA, desglose del dinero (base, total, IVA…). Algo que a mí, que soy de letras de toda la vida, me costó mucho entender y llevar a cabo. La de vueltas que di hasta que conseguí hacer una factura correctamente.
-
No hay ayudas inmediatas para emprendedores. Todas hay que pedirlas y, si te las dan, tardan en llegar. No se puede contar con ellas para poner en marcha un negocio.
-
Ganes lo que ganes, te toca pagar impuestos. Antes de saber incluso si va a funcionar tu idea, ya tienes pérdidas. Porque si te va bien, entiendo que se paguen impuestos. Pero es que yo aún no había hecho ningún pedido y ya estaba pagando.
-
Debido al contra anterior, hay muchas buenas ideas que no salen adelante. Es más, hay ideas que no se sabe si son buenas o no porque o triunfan al principio o se pierden por el camino entre tanto trámite y tanto impuesto.
-
Hay que convertirse en gestoría andante. Porque si estás empezando, como era mi caso, apenas hay dinero para pagar los trimestres, así que menos aún para pagar gestorías y derivados.
-
Todo esto teniendo en cuenta que yo sólo me di de alta como autónoma, sin empresa y sin nada. De haberlo hecho, las trabas para poner en marcha una idea se multiplican y se complican.
-
Sobre todo al principio, vives por y para el negocio. Después de tantos obstáculos, algo tienes que hacer para sacarlo adelante y hacer que funcione.
PRO:
-
Es fantástico tener una idea y decidir sacarla adelante.
-
Cuando no encuentras el trabajo que buscas, es una alternativa genial. Ya sabes aquello de que si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma.
-
Cuando el negocio es tuyo, con tu dinero, y sólo dispones de tu esfuerzo para sacarlo adelante, te lo curras mucho más. Y, lo que es mejor, disfrutas haciéndolo.
-
Es toda una experiencia.
Creo que en sitios como EE.UU. la cosa es distinta. Creo que puedes poner en marcha tu negocio y no tienes que dar cuentas a nadie hasta que alcanzas un determinado beneficio (por favor, si hay alguien por aquí que sepa del tema, que me corrija si me equivoco o me amplíe la información). De ser así, me parece mucho mejor sistema. Así se puede ver si tu idea o producto funciona, sin líos de impuestos, bases imponibles, informes trimestrales y demás. Sólo tú y tu idea. Que funciona, genial. Pagas impuestos, pero ya vas sabiendo que no tienes pérdidas. Que es una idea malísima o no tienes clientes, sólo has perdido tiempo y lo que te haya costado ponerla en práctica, pero nadie va a venir a pedirte más dinero. Según mi opinión, en este país hay demasiada burocracia. Para todo.
Y, por si a alguien le interesa, después de casi un año maquetando, con algunos trabajos importantes que me salieron, no sólo salí lo comido por lo servido, sino que además perdí dinero. Bastante. A mí ya se me han quitado las ganas de volver a emprender.
La clave está en que no puede pagar lo mismo un empresario que empieza que otro que ya tiene unos beneficios considerables, como tú dices.
Es una lástima y muchas ideas sse van a la mierda porque empiezas ya perdiendo dinero.
Eso es lo que quería transmitir. Para mí, es lo más injusto de todo. porque, si te va bien, entiendo que pagues impuestos y demás (otra cosa sería ver qué cantidad), pero que los pagues sin haber empezado ni saber si tu idea funcionará o no… eso está fatal…
Veo que nos entendemos 😉
Y luego se quejan de la economía sumerjida, es que al final la gente lo acaba haciendo todo en negro, y así vamos, porque no es fácil. Yo no tengo experiencia personal (todo y que he visto casos muy de cerca, en mi casa han sido autonomos de toda la vida) y es muy duro.
Y supngo que nos pasará a muchas mamás, un montón de tiempo en casa con los bebés y le das vueltas a la cabeza, por tener el tiempo y por querer pasar todo el tiempo del mundo con los niños… ahí estoy yo ahora, dándole vueltas!
Un besazo enorme.
Creo que tu último párrafo es el quid de la cuestión. Nos hacemos madres y cambian nuestras prioridades, ya no nos vale cualquier trabajo.
Yo nunca hice trabajos en negro, pero tampoco me extraña que haya gente que sí. La vida del autónomo es muy dura, como bien dices, y no todos los empresarios poseen grandes empresas, algunos ni siquiera tienen una «empresa» como tal. Es todo un querer y no poder. Te asfixian antes de empezar. La verdad es que es una pena…
¡Un besote!
Y yo… ¿Qué te voy a decir de todo esto?… Pues que tienes más razón que un santo. Lo vivo día a día en mis carnes y el que salga adelante se lo debo al padrazo que me pone un hombro y un poquito de sostén para que no me caiga y me dé de bruces. Me tengo que reir por no llorar cuando hablan de las ayudas para el autónomo y que somos el futuro de la economía… si fuera así se darían muchas más facilidades en el primer año y no estarían tocando las narices con tanta cuota cuando hay meses que te los pasas en blanco de clientes (que no de trabajo..)
Aun con esto y con todo…. viva las emprendedurías y sobre todo si vienen de las super-mamas. Muchísimo ánimo a todas esas buenas ideas que están ya bullendo en las cabezas y las que están por salir :*
Efectivamente, mucho hablar del futuro, de los autónomos y demás, pero de ayudas palpables nada. Los principios son duros, qué bien que tienes en quien apoyarte, mi marido me apoyó hasta que las pérdidas fueron insostenibles y decidí dejarlo.
Me cuesta volver a imaginarme como autónoma, pero si te soy sincera, no lo descarto del todo porque tal como están las cosas y con la familia que tengo, dudo que encuentre un trabajo que se ajuste a mis necesidades (horarias sobre todo).
Ojalá todas las ideas puedan salir adelante y no se extingan por el camino.
Estoy encantada de verte por aquí, Eva 🙂
¡Un besote!